El agua es importante en nuestras vidas. Debemos beber 2
litros diarios de agua purificada para cuidar la salud y es indispensable para
higienizarnos y para lavar y cocinar nuestros alimentos.
Es fundamental garantizar que nuestra agua sea de calidad.
Si se nota que la flor de la ducha, los picos de alguna canilla o el fondo de
la pava o las ollas están cubiertos de una extraña costra blanquecina, es
porque hay sarro en el agua.
Lo que conocemos como sarro es esta capa compuesta de
algunos de los minerales que vienen en el agua y que, por lo general, no vemos
ni sentimos porque se trata de partículas muy minúsculas. El punto es que
aunque no percibamos su presencia tienden a adherirse a las superficies donde
hay un constante flujo de agua, como las cañerías, las griferías y los
utensilios de cocina y equipos de lavado.
El agua potable que consumimos, con la cual cocinamos y nos
aseamos, está tratada en plantas potabilizadoras que las hacen aptas según
normas de calidad del agua. Sin embargo, durante ese proceso de potabilización
hay ciertos minerales que no pueden ser completamente eliminados o
filtrados.
Cuando el agua presenta una elevada cantidad de algunas
sustancias como, por ejemplo, bicarbonatos y carbonatos de magnesio y de
calcio, se la conoce como “agua dura”. Y, cuando esa agua dura empieza a
circular por la red sanitaria de nuestro hogar, los minerales sedimentan,
cristalizan y terminan convirtiéndose en esas incrustaciones calcáreas que
tanto arruinan las cañerías, utensilios y demás.
Estas costras calcáreas se forman especialmente en lugares
con alta temperatura, tales como calderas, calefones, termotanques y
radiadores. O en las ollas, jarros o pavas en los cuales se calienta o hierve
agua. Cuanto más alta es la temperatura de la superficie, más se desarrollarán
las incrustaciones porque algo del calcio y magnesio disuelto en el agua dura
precipita y se deposita en las superficies.
Qué problemas causa
el agua dura
Además de crear residuos desagradables a la vista y generar
problema de plomería, desgasta los accesorios y los aparatos más rápidamente
que el agua suave. A su vez, hace que los productos de limpieza sean menos
efectivos.
Pero lo más importante es que la acumulación de estos
minerales en los platos, ropa, accesorios e incluso la piel y el cabello puede
causar daños a la salud con el tiempo.
Cómo sacamos el sarro
de la casa
Los depósitos calcáreos poseen una superficie irregular y
áspera, lo que los hace un espacio fértil para el alojamiento de bacterias y
microorganismos.
Para evitar problemas mayores, es necesario remover y quitar
esa capa de sarro que se adhiere.
Se puede remover el calcio y el magnesio del agua dura, el
proceso funciona bajo el principio químico del “intercambio iónico”.
Tenemos los equipos que se encargan de retirar el sarro en
la casa, o en equipos como calefones, termotanques, lavarropas, lavavajillas;
si es tu caso deberás dejarnos un mensaje para asesorarte.
El e-mail es: henryfeito@gmail.com