La forma de las bacterias es muy variada y, a
menudo, una misma especie adopta distintos tipos morfológicos, lo que se conoce
como pleomorfismo.
De todas formas, podemos distinguir tres tipos
fundamentales de bacterias:
·
Coco (del griego kókkos, grano): de forma
esférica.
o
Diplococo: cocos en grupos de dos.
o
Tetracoco: cocos en grupos de cuatro.
o
Estreptococo: cocos en cadenas.
o
Estafilococo: cocos en agrupaciones irregulares o en
racimo.
·
Bacilo (del latín baculus, varilla): en forma
de bastoncillo.
·
Formas helicoidales:
o
Vibrio: ligeramente curvados y en forma de coma, judía,
cacahuete o arriñonado.
o
Espirilo: en forma helicoidal rígida o en forma de tirabuzón.
o
Espiroqueta: en forma de tirabuzón (helicoidal flexible).
Esta amplia variedad
de formas es determinada en última instancia por la composición de la pared
celular y el citoesqueleto, siendo de vital importancia, ya que puede
influir en la capacidad de la bacteria para adquirir nutrientes, unirse a
superficies o moverse en presencia de estímulos.