El agua destinada
al consumo humano es la que sirve para beber, cocinar, preparar alimentos u
otros usos domésticos.
Cada país regula
por ley la calidad del agua destinada al consumo humano. La ley protege la salud
de las personas de los efectos adversos derivados de cualquier tipo de
contaminación de las aguas destinadas al consumo humano garantizando su
salubridad y limpieza y por ello no puede contener ningún tipo de
microorganismo, parásito o sustancia, en una cantidad o concentración que pueda
suponer un peligro para la salud humana.
Uno
de los métodos populares es a través de equipos purificadores de agua, en donde
se eliminan las sustancias perjudiciales.
Sobre los equipos
purificadores de agua podemos asesorarle y brindarle más información vía
e-mail, si nos deja un mensaje.
Hoy se dispone en
el mercado de equipos purificadores de agua muy eficientes, y están certificados
por distintas normas internacionales, tales como ISO, IRAM, etc.
El agua para beber debe
estar totalmente exenta de las bacterias Escherichia coli y Enterococcus, y la
presencia de determinadas sustancias químicas no puede superar ciertos límites,
como tener menos de 50 miligramos de nitratos por litro de agua o menos de 2
miligramos de cobre y otras sustancias químicas.
Diariamente el agua
potable es captada de embalses, manantiales o extraída del suelo mediante
túneles artificiales o pozos de un acuífero.
Otras fuentes de
agua son el agua de lluvia, de los ríos y los lagos. No obstante, el agua debe
ser tratada para el consumo humano, y puede ser necesaria la extracción de
sustancias disueltas, de sustancias sin disolver y de microorganismos
perjudiciales para la salud.
Existen diferentes
tecnologías para potabilizar el agua. Habitualmente incluyen diversos procesos
donde toda el agua que se trata puede pasar por tratamientos de purificación, filtración,
coagulación, floculación o decantación. Mediante la cloración se logra eliminar
microbios peligrosos. Existen técnicas más avanzadas de purificación del agua
como los purificadores, o la ósmosis inversa.
También existe el
método de desalinización, un proceso por el cual se retira la sal del agua de
mar, mediante procesos físicos y químicos; sin embargo, es costoso por el elevado
gasto de energía eléctrica y suele emplearse con más frecuencia en las zonas
costeras con clima árido.
La distribución del
agua potable se realiza a través de la red de abastecimiento de agua potable
por tuberías subterráneas o mediante el agua embotellada.
En algunas ciudades
donde escasea, como Hong Kong, el agua de mar es usada ampliamente en los
inodoros con el propósito de conservar el agua potable.